sábado, 28 de enero de 2012

Cuando era pequeña, siempre pensé que la noche era un momento para abrazarse a sí misma. Nunca tuve miedo a estar sola, aunque sí a la oscuridad.
No me consideraba una niña con miedo, pero a veces, mi cuerpo me traicionaba y hacía que mi cuerpo temblase. Temblaba cuando mi madre me castigaba, cuando no podía hacer una cosa que quería, cuando tenía problemas. Temblé cuando se murió mi perro, temblé en mi primer día de escuela, en mi primer beso, en mi primera caricia.
Con los años, se me fueron los temblores, esos temblores que me aterraban, pero el otro día descubrí algo.. descubrí que vuelvo a temblar, vuelvo a temblar cuando escucho tu voz, cuando te siento a mi lado aunque sea solo en mi mente,sobretodo cuando siento que te vas de mis manos cuando te siento mas lejos de lo que estas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario